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Artículo publicado por Charles Q. Choi el 22 de septiembre de 2015 en Space.com

El enorme y misterioso hexágono en el Polo Norte de Saturno puede por fin tener una explicación.

La extraña configuración hexagonal de nubes se descubrió por primera vez en 1988 por los científicos que revisaban los datos de los sobrevuelos de Voyager sobre Saturno en 1980 y 1981, pero su existencia no se confirmó hasta que la sonda Cassini de la NASA observó en primer plano el planeta anillado años más tarde.

Hexágono de Saturno

El Hexágono de Saturno

No se ha observado nada como el hexágono jamás en otro mundo. La estructura, que contiene una fuerte tormenta en su centro, tiene un diámetro de unos 32 000 kilómetros, y las imágenes térmicas demuestran que alcanza aproximadamente los 100 kilómetros hacia abajo en la atmósfera de Saturno.

Los científicos han propuestos diversas explicaciones para el origen del hexágono. Por ejemplo, el agua que gira dentro de una cubeta puede generar remolinos que tienen depresiones centrales con formas geométricas. Sin embargo, por supuesto, no hay una cubeta gigante en Saturno conteniendo este descomunal hexágono.

Voyager y Cassini identificaron muchas características de este extraño hexágono que podría ayudar a explicar cómo se formó. Por ejemplo, los puntos del hexágono rotan alrededor de su centro casi exactamente al mismo ritmo que Saturno rota sobre su eje. Además, una corriente en chorro de aire, muy similar a las que vemos en la Tierra, fluye hacia el Este de Saturno a aproximadamente 320 km/h, en un camino que parece seguir el contorno del hexágono.

Ahora, los investigadores han desarrollado un nuevo modelo que sugieren que encaja con las características del hexágono mejor que los intentos anteriores.

«Con un modelo muy simple, hemos sido capaces de encajar muchas de las propiedades observadas del hexágono», dice el autor principal del estudio Raúl Morales-Juberías, científico planetario en el Instituto de Minería y Tecnología de Nuevo México a Space.com.

Los científicos ejecutaron simulaciones informáticas de un flujo en chorro con dirección Este en un camino curvado cerca del Polo Sur de Saturno. Pequeñas perturbaciones en el chorro, del tipo que se esperarían al chocar con otras corrientes de aire, hicieron que tomase la forma hexagonal. Además, este hexágono simulado gira alrededor de su centro a una velocidad cercana a la del real.

El escenario que mejor encaja con el hexágono de Saturno implica unos chorros superficiales al nivel de las nubes, dicen los miembros del equipo que realizó el estudio. Los vientos por debajo de la nube, aparentemente ayudan a mantener definida la forma del hexágono y a controlar la velocidad de deriva del mismo.

Distintos modelos, tales como los que implican vientos a mayor profundidad en la atmósfera, o no tener en cuenta los vientos bajos, no encajan tan bien con el hexágono de Saturno. Por ejemplo, podría dar como resultado una estrella de seis puntas, o formas con más o menos de seis vértices, o seis pares de tormentas con una configuración hexagonal.

Morales-Juberías querría ahora comparar esta nueva investigación con los modelos de otros equipos para ver cómo si sus conclusiones se mantienen. Él y sus colegas detallan sus hallazgos en el ejemplar de junio de la revista Astrophysical Journal Letters.