Muchos científicos planetarios creen que la luna de Júpiter, Europa, es el mejor candidato de nuestro Sistema Solar para compartir la distinción de la Tierra de albergar vida. As pruebas recopiladas por las naves Voyager y Galileo sugieren que Europa contiene un profundo y posiblemente cálido océano de agua salada bajo su capa externa de hielo con fisuras. En un artículo publicado en el ejemplar de julio de 2007 de Journal of Aerospace Engineering un ingeniero mecánico británico propone enviar un submarino a explorar los océanos de Europa.
Carl T. F. Ross, profesor en la Universidad de Portsmouth en Inglaterra ofrece un diseño teórico de una nave submarina construida de un compuesto matricial de metal. También proporciona sugerencias para suministros energéticos adecuados, técnicas de comunicación y sistemas de propulsión para tal vehículo en su artículo, “Conceptual Design of a Submarine to Explore Europa’s Oceans” (Diseño conceptual de un submarino para explorar los océanos de Europa)
El artículo de Ross valora las opciones de construir un submarino capaz de soportar indudable alta presión dentro de los profundos océanos de Europa. Los científicos creen que los océanos de esta luna podrían estar a una profundidad de 100 kilómetros, más de 10 veces superior a los océanos de la Tierra. Ross propone un submarino cilíndrico de 3 metros de longitud con un diámetro interno de 1 metro. Cree que el acero o el titanio, aunque son lo bastante fuertes para soportar la presión hidrostática, serían poco adecuados ya que el vehículo no tendría reserva de flotabilidad. Además el submarino se hundiría como una piedra hasta el fondo del océano. Una matriz metálica o compuesto cerámico ofrecería la mejor combinación de fuerza y flotabilidad.
Ross está a favor de una célula de combustible para la energía, la cual será necesaria para la propulsión, comunicaciones y equipo científico, pero apunta que los avances tecnológicos en los próximos años pueden proporcionar mejores fuentes de energía.
Ross admite que una misión submarina a Europa no ocurrirá al menos hasta dentro de 15 o 20 años. El científico planetario William B. McKinnon está de acuerdo con ésto.
“Ya es bastante difícil, y caro, volver a Europa con un orbitador, mucho menos imaginar un aterrizador o una entrada en el océano”, dijo McKinnon, profesor de Ciencias Planetarias y Terrestres en la Universidad de Washington en St. Louis, Missouri. “El algún momento del futuro, y después que hayamos determinado el grosor de la capa de hielo, podremos empezar a acometer en serio los retos de ingeniería. Por ahora, podría ser mejor buscar aquellos lugares donde el océano venga a nosotros. Es decir, lugares de erupciones recientes en la superficie de Europa, cuya composición puede determinarse desde la órbita”.
El Laboratorio de Propulsión a Chorro actualmente está trabajando en una idea llamada Explorador Europa que llevaría una nave a órbita baja para determinar la presencia (o ausencia) de océanos de agua líquida bajo la capa de hielo de Europa. También cartografiaría la distribución de compuestos de interés para la química prebiótica, y caracterizaría la superficie y sub-superficie para exploraciones futuras. “Este tipo de misión”, dice McKinnon, “verdaderamente nos permitiría obtener la prueba convincente que todos quisiéramos tener de que el océano realmente está allí, y determinar el grosor de la capa de hielo y encontrar puntos más finos si existen”.
McKinnon añadió que un orbitador podría encontrar “puntos calientes” que indicasen actividad geológica reciente o incluso actividad volcánica y obtener imágenes de alta resolución de la superficie. Lo último sería necesario para planear un aterrizaje exitoso.
Ligeramente menor que la luna de la Tierra, Europa tiene un exterior que casi no tiene cráteres, lo que indica una superficie relativamente “joven”. Los datos de la nave Galileo muestran evidencias de una fusión casi superficial y movimiento de grandes bloques de la corteza helada, similar a los icebergs o balsas de hielo de la Tierra.
Mientras que la temperaturas de superficie a mediodía en Europa están sobre los 130K (-142 C), las temperaturas del interior podrían se lo bastante cálidas para que exista agua líquida por debajo de la corteza de hielo. Este calor interno viene del calentamiento por marea causado por las fuerzas gravitatorias de Júpiter y otras lunas de Júpiter las cuales tiran del interior de Europa en distintas direcciones. Los científicos creen que un calentamiento por marea similar dirige los volcanes de otra luna joviana, Io. Las fumarolas hidrotermales del lecho marino también se han sugerido como otra posible fuente de energía en Europa. En la Tierra, los volcanes submarinos y las fumarolas hidrotermales crean entornos que mantienen colonias de microbios. Si hay activos sistemas similares en Europa, los científicos razonan que podría haber vida allí también.
Entre los científicos hay mucho interés por tener una misión a Europa en camino. No obstante este tipo de misión está en pugna por los fondos con el objetivo de la NASA de volver a la Luna con misiones humanas. El propuesto Orbitador de Lunas Heladas de Júpiter (JIMO), una misión propulsada de forma nuclear para estudiar tres de las lunas de Júpiter, cayó víctima de los recortes en misiones científicas en los Presupuestos del Año Fiscal 2007 de la NASA.
Ross ha estado diseñando y mejorando submarinos durante 40 años, pero esta es la primera vez que diseña una nave para usarse fuera de la Tierra.
“El mayor problema que veo es cómo el robot submarino será capaz de taladrar o fundir su camino a través de un máximo de 6 km de hielo que cubre la superficie”, dijo Ross. “Sin embargo, el hielo puede ser mucho más fino en otros lugares. Puede ser que necesitemos un reactor de agua presurizada nuclear a bordo del robot submarino para darnos la potencia y energía para lograrlo”.
Aunque Ross propone usar paracaídas para llevar el submarino a la superficie de Europa, McKinnon apunta que los paracaídas no funcionarían en la atmósfera casi sin aire de Europa.
Ross ha recibido respuestas muy positivas a este artículo de amigos y colegas, dice, incluyendo al notable astrónomo británico Sir Patrick Moore. Ross dice que ha estado envuelta alrededor de los submarinos desde 1959 y encuentra este nuevo concepto de submarino para Europa muy emocionante.
McKinnon clasifica la exploración de Europa como “extremadamente importante”.
“Europa es un lugar donde estamos bastante seguros que hay agua líquida, fuentes de energía, y elementos “biogénicos” tales como el carbono, nitrógeno, azufre, fósforo, etc.”, dice. “¿Hay vida, cualquier tipo de vida, en el océano de Europa? No hay preguntas mucho más profundas”.
Autor: Nancy Atkinson
Fecha Original: 29 de agosto de 2007
Enlace Original