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Artículo publicado por David. L. Chandler el 25 de enero de 2016 en MIT News
Un sistema para gestionar conjuntos masivos de datos digitales podría resolver problemas de una complejidad imposible.
Desde los mapas genéticos a la exploración espacial, la humanidad sigue generando unos conjuntos de datos cada vez más grandes — mucha más información de la que se puede procesar, gestionar, o comprender.
Los sistemas de aprendizaje automático pueden ayudar a los investigadores a lidiar con esta creciente inundación de información. Algunas de las más potentes entre estas herramientas analíticas se basan en una extraña rama de la geometría conocida como topología, que trata de las propiedades que permanecen iguales incluso cuando algo se curva y estira de cualquier forma.