Artículo publicado por David Cyranoski el 25 de enero de 2016 en Nature
Aún no está claro cómo encajan los resultados con la condición en humanos.
Los monos de laboratorio corren obsesivamente en círculos, ignorando en gran medida a sus compañeros, y gruñendo ansiosamente cuando se quedan mirando fijamente. Modificados genéticamente para tener un gen que está relacionado con el trastorno del espectro autista en humanos, los monos son el modelo animal más realista de la condición por el momento, dicen los creadores. Los investigadores esperan que los animales abran nuevas formas de poner a prueba tratamientos e investigar la biología del autismo. Pero aún se debate sobre si la condición de los monos encaja con el autismo humano.